domingo, 1 de junio de 2025

EN EL 15º ANIVERSARIO DE RIO54 SE HABLÓ DE ESAS PERSONAS QUE APARECEN Y DESAPARECEN EN NUESTRO CAMINO...


En el mes de mayo se cumplieron ¡15 años! del nacimiento del Café Ufológico RIO54, ya que el 6 de mayo de 2010 fue la fecha fundacional del primer café ufológico argentino. Es relevante destacar la continuidad en el tiempo desde entonces a la fecha, en estas épocas de posverdad donde los vínculos humanos parecen volverse más efímeros, transitorios y perecederos.

El éxito de esta original propuesta se basó en establecer conversaciones horizontales y libres sobre el tema ovni en una mesa de café, sin agenda previa, donde cada participante puede expresarse y ser escuchado, con coordinadores que se dedican a distribuir la palabra, sin que el grupo deba suscribir una línea única de pensamiento, defendiendo el principio de que la diversidad de opiniones nos enriquece a todos.


El encuentro de mayo se desarrolló en la Pizzería La Guitarrita de Av. La Plata 225, Barrio de Caballito, CABA, con la coordinación a cargo de Mario Lupo y de Rubén Morales, como viene sucediendo desde hace ya 15 años!


Participaron en la larga mesa de RIO54 Sebastián Araya, Carlos Spinelli, Karina López, Daniel Alessandro, Elizabeth Nardini, Alejandro Merel, Javier Stagnaro, Federico Ceriani, Alberto Portalet, Luis Valle, Horacio Sorbaro, Patricia Sibar, Nanina Stagnetto, Roberto Heitzmann, Rubén Calabrese, Daniela Salinas, Agustín del Valle, Gonzalo Flores, Silvia Carrizo, Claudio Figliolo, Víctor Hugo Martínez, Víctor Hugo Martínez (h), Laura Martínez, Luz Dary Giménez y Carlos Gamboa.


 Mario Lupo cuenta la historia de RIO54.

Los coordinadores Mario Lupo y Rubén Morales abrieron la reunión dando la bienvenida a los presentes, tanto a los que son históricos participantes como a quienes llegaron por primera vez y explicaron cómo surgió la idea de crear el Café Ufológico. Evocaron el recuerdo de un amigo de ambos, el Dr. Gabriel Ventayol, que fue un conocido parapsicólogo, quien les repetía siempre que era necesario hacer más reuniones sobre estos temas. 


Rubén Morales en su saludo inicial al grupo.

El repentino fallecimiento de Ventayol fue el desencadenante para concretar la idea: Mario y Rubén recorrieron distintos locales gastronómicos porteños, comprobando que muchos eran muy ruidosos o no permitían juntar mesas para este tipo de reuniones. Finalmente, un colaborador llamado Ricardo, que se había sumado espontáneamente a éstas búsquedas, los llevó a un lugar que conocía, el Café de La Subasta, que resultó ser ideal para estos encuentros y allí transcurrieron los ocho primeros años del Café Ufológico RIO54 pero, curiosamente, Ricardo nunca regresó, se perdió todo contacto con él.


Fue así que en mayo de 2010 Mario y Rubén convocaron a la primera reunión, pero contaban con un mailing escaso y desactualizado, de modo que solo concurrieron dos participantes a esa primera mesa de RIO54: Los pioneros Juan Faillá y Alex Gómez. Poco tiempo después, ante el incentivo que generaba tener una periodicidad mensual, las reuniones fueron ampliándose de manera creciente.


El co-coordinador Mario Lupo agradeció especialmente a todas las personas que concurren y han concurrido a través de los años, ya que son quienes hacen posible la permanente vigencia del Café Ufológico RIO54.


Víctor H. Martinez relata lo vivido.

Luego de esta introducción, se hicieron las presentaciones de quienes llegaron por primera vez a nuestra larga mesa, fue muy interesante escuchar a Víctor Hugo Martínez, Sargento Ayudante retirado del Ejército de Colombia. Relató una experiencia sucedida en 1977, cuando iba en la cabina de un camión militar  comandando un grupo de 15 soldados con quienes iban a realizar una misión humanitaria en Puerto Gaitán.


Era de noche y el camión atravesaba los Llanos Orientales, una extensa región despoblada entre Venezuela y Colombia “donde todo es llanura y cielo” -describió Víctor Hugo.


Laura Martínez

En eso, al costado del camino apareció haciendo señas una señora con un niño. Detuvieron el camión y la señora pidió que los llevaran, a lo cual Víctor Hugo accedió de inmediato, viendo lo inhóspito del lugar. Luego recorrieron unos 40 kilómetros con esa mujer y el niño en la cabina, sin mucha conversación, eso no llamaba la atención, la gente del campo suele ser callada. En cierto momento ella les dijo “Déjennos por acá, acá está bien”. 


Era cerca de la medianoche, el vehículo se detuvo, la mujer saludó y se alejó con el niño adentrándose en la penumbra. Víctor Hugo escuchó claramente el golpe de una puerta que se cerraba, por el ruido entendió bien que la casa estaba junto al camino.


El chofer puso en marcha el camión pero él le pidió que se detenga, que quizás en ese pueblo habría algún lugar abierto donde ir a tomar y comer algo. Era una buena idea para cortar el viaje.


Luis Valle y sus novedades de EE.UU.

Como estaba muy oscuro, ambos bajaron para buscar la entrada al pueblo y caminaron en varias direcciones sin encontrar nada. Pero habían escuchado el portazo con total claridad, así que regresaron al camión para girar y apuntar con las luces hacia donde había bajado la mujer con su niño.


Así se hizo, se barrió toda la zona con los faros y lo único que se veía a la distancia era la llanura interminable, ni rastros de casas, cercados o presencia humana alguna en ese remoto paraje…


R. Calabrese habló sobre física.

Un tanto confundidos por este episodio retomaron la ruta. Unos 50 minutos después surgió un globo muy luminoso, alto en el cielo, que acompañó el trayecto del camión durante más de una hora.


Al día siguiente llegaron a un pequeño poblado indígena, y cuando comentaron lo que les había pasado, los lugareños les dieron interpretaciones mitológicas en base a sus tradiciones acerca de bolas de fuego llamadas “candilejas”.


Mario Lupo mencionó observaciones de luces similares realizadas por gendarmes en Pampa de Olaén (Prov. de Córdoba), a tal punto que algunos gendarmes pidieron a sus mandos no volver a esa zona. Por su parte, Carlos Gamboa evocó el famoso episodio que tuvo como protagonista al cabo Armando Valdés en Pampa Lluscuma, Chile, en 1977.


Claudio Figliolo se presenta

Luego se presentó Claudio Figliolo, quien recordó emotivamente a Don Pedro Romaniuk, aquel ex piloto de aviación que hablaba de la ciencia extraterrestre y de una nueva humanidad que surgiría en el cono sur de América. Su prédica tuvo gran influencia en los grupos de contacto de los años ’70 y ’80.


El ingeniero Luis Valle, siempre atento a las novedades que suceden en Estados Unidos sobre el tema ovnis (o UAPS, como les dicen actualmente), habló sobre las más recientes noticias relacionadas con las Audiencias Públicas del Congreso de EE. UU. en las cuales han prestado declaración ex agentes de inteligencia que afirman haber sido testigos de que se aplicó ingeniería inversa para desarrollar nuevas tecnologías a partir de restos de objetos aéreos caídos y recuperados por las fuerzas armadas norteamericanas.


Lupo y Morales, 15 años de RIO54.

Por supuesto que hubo otros interesantes temas que animaron la reunión de mayo que no mencionaremos aquí, en particular debemos agradecer a Daniela y Agustín que trajeron una rica tarta para compartir en este 15 aniversario, y el momento es propicio también para agradecer sinceramente a todos los amigos y amigas que han compartido las mesas de RIO54 en estos 15 años, dejándonos como legado sus experiencias, sus investigaciones, sus ideas y fundamentalmente su amistad.


La próxima reunión del Café Ufológico RIO54 será el jueves 5 de junio, a las 18,30 como siempre, nos vemos!