domingo, 23 de marzo de 2014

TODOS PODEMOS AYUDAR A DEVELAR EL MAYOR MISTERIO DE LA AVIACION ARGENTINA


Por Prof. Rubén Morales
La desaparición del Boeing 777 de Malaysia Airlines con 239 personas a bordo ha reflotado la memoria de un gran enigma aeronáutico argentino, la historia del Douglas DC-54 matrícula TC 48, de la Fuerza Aérea (1), más conocido como "el avión de los cadetes" que se perdió en la zona selvática de Costa Rica, el 3 de noviembre de 1965, con 69 ocupantes a bordo. El TC 48 era un cuatrimotor de casi 29 metros de largo y 37 metros de envergadura entre puntas de ala. Una mole de 30.000 kg., (2) (7) a pesar de lo cual jamás se encontró resto alguno de la máquina. Hoy se abre una nueva posibilidad de hallarlo, gracias a una expedición privada que impulsan los familiares de las víctimas, para lo cual han abierto una caja de ahorro donde todos los interesados en colaborar con la búsqueda pueden hacer una donación voluntaria (3). Al final de este artículo se explica la forma concreta de contribuir.


Ultima foto del TC 48 con los tripulantes y cadetes, Base Howard, Panamá. Fuente (7)

El enigma del TC 48 perdido en Centroamérica está a punto de cumplir medio siglo, tiempo en el cual han corrido todo tipo de especulaciones, ocultamientos y maniobras desinformativas. Ahora se abre una posibilidad de encontrarlo y cabe aportar algunas razones por las cuales es importante colaborar con los familiares en la nueva búsqueda civil que se inicia.
Cecilia Viberti, hija del piloto del TC 48 Esteban Viberti, explicó que “cientos de conjeturas conspirativas se hicieron sobre el accidente: que una tribu indígena mantuvo cautivos a los sobrevivientes; que existe otro Triángulo de las Bermudas que se ‘tragó’ al avión; que hay un ‘pueblo fantasma’ donde viven los tripulantes. Al igual que lo que ocurre con el avión malayo, todo gira en torno a lo mismo. Las dos historias tienen una palabra en común: el misterio” (4).
El recordado capitán Daniel Perissé, protagonista e investigador de las observaciones de ovnis realizadas desde la Antártida en 1965, solía repetir: "siempre que se habla de misterio es porque hay ocultamiento de información", palabras que parecen calzar como un guante en el caso del TC 48. Nueve meses antes de la desaparición del TC 48, el 22 de febrero de 1965, Perissé era comandante del Destacamento Naval Decepción y pronunció un discurso por el Día de la Antártida ante una solemne formación de miembros de las tres armas que se habían desplazado a nuestro sector antártico para asistir al acto. Entre ellos estaban los cadetes del TC 48 (5).
UNA EXPEDICION PRIVADA ACTUALIZA LAS ESPERANZAS
Está a punto de iniciarse una nueva expedición para localizar el avión en la espesura de la selva. El grupo será conducido por los experimentados investigadores costarricenses Wilfredo Rojas y José Campos y se internará en la selva tropical en el próximo mes de abril, previendo también incursiones posteriores si fuera necesario, mientras los recursos lo permitan. Por eso es importante la recaudación de fondos en esta instancia. Cecilia Viberti, que junto a los demás familiares ha auspiciado las búsquedas anteriores, tiene una gran expectativa por este nuevo intento, "la zona de búsqueda se pone cada vez más caliente por diferentes pruebas y testimonios. Tenemos realmente muchas esperanzas" -manifestó (4). Si realmente se produjera el hallazgo, cualquiera fuera el cuadro de situación que se encuentre, sería el fin de medio siglo de incertidumbre y dolor para las familias de los tripulantes y cadetes.
LA CAIDA DEL TC 48, EL INICIO DEL MISTERIO

El TC 48 despegó de la base Howard, en Panamá, a las 05,49 del 3 de noviembre de 1965 rumbo a El Salvador, una escala previa a su destino final en San Francisco, Estados Unidos. Viajaban a bordo 9 oficiales tripulantes, 59 cadetes de la Escuela de Aviación de Córdoba, más otro de la Fuerza Aérea peruana. La parte restante de la promoción de cadetes había salido seis minutos antes en otro avión Douglas matrícula T 43 que aterrizó con normalidad en El Salvador luego de atravesar una zona de tormentas.
Todas las fuentes coinciden en que el TC 48 estaba sobrecargado, su capacidad normal era de 50 personas, pero en este caso viajaban 69, en condiciones de previsible incomodidad y atiborrados de bultos (7). Ya en vuelo, los pilotos solicitaron por radio hacer un aterrizaje de emergencia a causa de que un motor se prendió fuego y luego otro se plantó, los dos del ala derecha, por lo cual el aparato debió perder altura y estabilidad en medio de una meteorología con turbulencias, lluvias y visibilidad cercana a cero. Un contacto radial a las 06.44 con Alvaro Protti, piloto de un avión costarricense, da cuenta de que los tripulantes del TC 48 controlaban la aeronave y estaban buscando donde aterrizar. Criteriosamente, Protti les sugirió dirigirse a Puerto Limón, en la costa, donde se despejó la pista para esperarlos, pero el TC 48 nunca llegó. Según Protti, el cuatrimotor pudo haber caído tanto en tierra como en el mar (7). 
NOVIEMBRE DE 1965, EL OPERATIVO DE RESCATE
Una lancha y un helicóptero de EE.UU. recogen restos. Fuente (6)
Más de medio centenar de aeronaves y helicópteros se involucraron en la búsqueda, a lo que se sumaron varios destructores de la US Navy y embarcaciones privadas. El T 43 regresó a Panamá y se unió a las tareas. Varios días después, en medio de semejante despliegue sin lograr el menor hallazgo, no deja de ser llamativo que la única misión que denunció avistar algunos restos sobre el mar fue precisamente la del T 43. Esos restos fueron recogidos por helicópteros y embarcaciones norteamericanas según puede verse en las escenas de un documental hecho por la USAF, testimonio que cobra especial valor hoy día porque la documentación oficial argentina sobre lo actuado en la época también “desapareció misteriosamente”.


 Inspección de los chalecos. Foto USAF. Fuente (7)
Varios chalecos salvavidas, algunas ropas y documentos, algo de dinero, se consideraron prueba suficiente para defender la hipótesis de que el TC 48 cayó al mar, y hasta se dijo que los integrantes del vuelo habrían sido presa de los tiburones, de ahí la ausencia de restos humanos. Pero lo que se mostró públicamente fueron todos efectos personales: Del avión nada, ni fragmentos pequeños, ni manchas de aceite o combustible en el mar. Nada. Con esas “evidencias”, el 10 de noviembre fueron dados por desaparecidos los tripulantes y pasajeros del TC 48 y el 6 de diciembre se dio por concluida la búsqueda. En 1967 la FAA cerró definitivamente el caso.

UNA HISTORIA DE OCULTAMIENTO Y DESINFORMACION



Chaleco donde se lee claramente "Prefectura Nacional Marítima" Foto USAF. Fuente (7)

Ahora bien, muchos indican que los chalecos salvavidas que llevaba el TC 48 eran de color naranja o verde, en tanto los chalecos mostrados como prueba del hundimiento eran amarillos con la leyenda “Prefectura Nacional Marítima, República Argentina”, suena extraño ¿chalecos de Prefectura en un avión de Fuerza Aérea? (6). Muchas dudas se podrían despejar si a esos materiales se les hiciera peritajes con la tecnología actual, pero la FAA afirma que los objetos del accidente quedaron sepultados, junto a toda la documentación, por toneladas de escombros cuando un ala del edificio Cóndor se derrumbó en diciembre de 1980 (7). Resulta curioso que también se ha dicho que los “expedientes X argentinos” respecto a las investigaciones oficiales de la Fuerza Aérea sobre ovnis, se perdieron para siempre en el mismo derrumbe. De similar manera, ese desmoronamiento podría invocarse cada vez que haya que justificar cualquier otro faltante de documentación anterior a 1980.

EL CASO EJEMPLIFICADOR DEL CADETE VUISTAZ

La Fuerza Aérea concluyó que el avión se había hundido en el mar y entregó a los familiares del cadete desaparecido Oscar Vuistaz lo que parecía ser una prueba irrefutable: Sus documentos, un par de gemelos de su propiedad y U$S 100 que habrían sido hallados flotando en el océano, pero a los familiares les despertó dudas el buen estado de conservación de esos elementos, pese a que debieron estar expuestos durante días a los rigores del mar. Meses más tarde ocurrió algo que reafirmaría la sospecha de que los altos mandos manipulaban la información. La familia Vuistaz recibió una carta anónima de un cadete que viajaba en el otro avión, el T 43, quien movido por el dolor rompió el silencio. El autor de la carta manifestaba que esas pertenencias le habían sido entregadas por Oscar Vuistaz en Panamá ante el temor de extraviarlas o sufrir algún robo debido al desorden que había a bordo del TC 48, con cadetes hacinados que a falta de espacio viajaban sentados en improvisados banquitos de madera colocados en el pasillo del avión. Según la carta, después del accidente el cadete anónimo había entregado estas pertenencias al Director de la Escuela de Aviación que viajaba en el T 43, para que se las hiciera llegar a los familiares de su amigo desaparecido.

En vez de cumplir ese emotivo pedido solidario del cadete, La Fuerza Aérea habría tergiversado la información para presentarla como prueba a su favor, asegurando que esos objetos se hallaron en el mar. Los familiares encargaron por su cuenta un análisis químico de salinidad sobre esas pertenencias que resultó negativo: Los efectos personales de Vuistaz nunca habían estado en contacto con agua de mar (6). ¿Por qué esa urgencia oficial en cerrar el expediente y desanimar que se busque el avión en tierra? La respuesta es parte de este engorroso enigma, pero es otra poderosa razón para colaborar con esta nueva tentativa de búsqueda en la selva costarricense que están organizando los familiares, que tanto desengaño y sufrimiento acumulan en medio siglo de incertidumbre.

LA FAA AFIRMO QUE CAYO AL MAR, PERO LO FUE A BUSCAR EN TIERRA


Presentación de la Misión Esperanza V. Fuente (8)
La cadena de contradicciones en el caso del TC 48 parece no tener fin: En 1967 la FAA clausuró el legajo sentenciando que al avión se lo tragó el mar, pero entre 2008 y 2011 la misma FAA envió a Costa Rica cinco expediciones para tratar de localizarlo… en tierra!. (7)



En efecto, el Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea Brigadier General Normando Constantino, en el año 2007 lanzó las misiones llamadas “Esperanza” para incursionar en la selva costarricense en busca del aparato. Ninguna de ellas encontró nada, su mayor logro fue el descubrimiento casual de un yacimiento arqueológico milenario (11). 


Presentación de Esperanza V. Habla el
Cap. Mohaupt, el Ing. Módica lo observa. Fuente (8)
Las expediciones Esperanza IV y Esperanza V estuvieron al mando del capitán Mariano Mohaupt, con el apoyo tecnológico de fotos aéreas analizadas por el ingeniero de la CONAE Marcelo Módica (8). Los mismos Mohaupt y Módica a partir de 2011 pasaron a integrar otro organismo oficial: la CEFAE (Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales), una original dependencia de la Fuerza Aérea dedicada al tema de los ovnis. Su creación también tuvo la rúbrica del brigadier Constantino y se ignora cual ha sido la actividad de esta curiosa oficina, ya que no publicó informe alguno en los tres años que lleva de existencia (9) (10).

LA POSIBILIDAD ACTUAL DE ENCONTRAR EL AVION

"He pensado mucho en el tema del avión de Malaysia Airlines y en la angustia de esos familiares. La incertidumbre que se genera es peor a la de la muerte misma, porque no hay forma de hacer un duelo", reflexiona Cecilia, la hija del piloto del avión desaparecido, capitán Esteban Viberti. Pese a que ya han transcurrido 49 años, para los familiares la búsqueda no cesa. "En abril, se hará en Costa Rica una nueva incursión a una zona totalmente inexplorada donde confluyen muchas pistas y testimonios", comenta Cecilia, que sigue confiando en hallar los restos del DC-4 que piloteaba su padre. (12)

Desde la declaración en emergencia del TC 48, esa brumosa mañana del 3 de noviembre de 1965, se han realizado 35 expediciones exploratorias, sin encontrar nada. Ahora, un grupo privado, de Costa Rica, prepara una nueva salida al terreno, que se hará cuando llegue el tiempo en que las lluvias ceden en intensidad y se puede entrar en la impenetrable selva caribeña. (4)
COMO COLABORAR CON LA NUEVA EXPEDICION:
Puede hacerse una contribución voluntaria, así sean $50, $100, $200 o lo que se desee colaborar, todo aporte será valorado por los familiares, a la caja de ahorro de Banco Macro Nº 4.319.0170017395.7, que está a nombre de Viberti, Esteban Omar. Si el depósito se hace en cualquier sucursal de Banco Macro, es un trámite sencillo que solo requiere ir al cajero automático y poner el número de caja de ahorro, el número de DNI del depositante y el dinero en efectivo. Si el depósito se hace por transferencia desde una cuenta de otra entidad bancaria, será necesario digitar también el CBU 2850319-4 4001700173957-8. Una vez realizado el depósito, enviar un mail a ceciliaviberti@gmail.com para avisarle quien colaboró y con qué valor, a los efectos de llevar un control de las donaciones recibidas.

REFERENCIAS:
3) Comunicación al autor de Cecilia Viberti, hija de Esteban Viberti, piloto del TC 48 que continúa desaparecido como los demás tripulantes y pasajeros. Cecilia Viberti ha autorizado la publicación del presente artículo.
5) Información aportada al autor por Jorge Hugo Stanich, meteorólogo de la base antártica Decepción en 1965.







sábado, 15 de marzo de 2014

TC 48 "EL AVION DE LOS CADETES": EL ANTECEDENTE ARGENTINO DEL AVION MALAYO DESAPARECIDO


Un artículo del diario Los Andes, de Mendoza, en su edición del 15 de marzo, presenta un pertinente paralelismo entre la desaparición del Boeing 777 de Malaysia Airlines y el Douglas DC4 TC 48 de la Fuerza Aérea Argentina que habría caído en la zona selvática de Costa Rica en 1965 y del que aún hoy no se han encontrado rastros pese a realizarse intensos rastrillajes. La Fuerza Aérea ya no, pero los familiares aún continúan la búsqueda.
Foto del pesado cuatrimotor Douglas DC4, publicada en el diario Los Andes.

Entre otros conceptos, la nota expresa: "En los anales de la aviación mundial, el caso del Douglas DC-54 TC 48, de la Fuerza Aérea Argentina, sigue siendo uno de los grandes arcanos del aire, indescifrable, que no acumula una semana de antigüedad como el caso de la nave de Malaysia Airlines, sino que pronto cumplirá casi medio siglo de búsqueda infructuosa.

Es el llamado “avión de los cadetes” que se perdió en territorio de Costa Rica, el 3 de noviembre de 1965, con 68 ocupantes a bordo: 9 tripulantes y 59 cadetes de la mitad de la 31ª promoción de la Escuela de Aviación Militar, con base en Córdoba, que realizaba el viaje de instrucción final.

La otra parte de la delegación se desplazaba en un TC 43, que llegó a destino. La travesía tenía como punto final Estados Unidos.

El TC 48 se perdió en el vuelo entre la base Howard, en Panamá, y el aeropuerto de El Salvador, a 40 minutos del despegue. Al mando de la aeronave estaban el comandante Renato Felippa y los pilotos capitanes Miguel Moyano y Esteban Viberti.

El viejo cuatrimotor desapareció sin dejar rastros, literalmente se esfumó. Se lo buscó por tierra y por mar, y al cabo de semanas se abandonaron los operativos oficiales de rastrillaje que efectuaron unidades y hombres de los gobiernos argentino, costarricense y de EEUU. Luego vino una etapa de búsqueda particular que efectuaron varios padres y hermanos de los desaparecidos, siempre con magros resultados. La mayoría de esas personas ya falleció.

Como ha narrado Cecilia Viberti, hija del piloto Esteban Viberti y que ha buscado enconadamente el aparato durante décadas, “con el no hallazgo de la nave en forma permanente, cientos de conjeturas conspirativas se hicieron sobre el accidente: que una tribu indígena mantuvo cautivos a los sobrevivientes; que existe otro Triángulo de las Bermudas que se ‘tragó’ al avión; que hay un ‘pueblo fantasma’ donde viven los tripulantes. Al igual que lo que ocurre con el avión malayo, todo gira en torno a lo mismo. Las dos historias tienen una palabra en común: el misterio”.

Desde la declaración en emergencia del TC 48, esa brumosa mañana del 3 de noviembre de 1965, se han realizado 35 expediciones exploratorias, sin encontrar nada. Ahora, un grupo privado, de Costa Rica, prepara una nueva salida al terreno, que se hará cuando llegue el tiempo en que las lluvias ceden en intensidad y se puede entrar en la impenetrable selva caribeña. "

Fuente: Nota de Miguel Títiro en diario Los Andes de Mendoza http://www.losandes.com.ar/notas/2014/3/15/otro-gran-misterio-cadetes-argentinos-773225.asp

lunes, 10 de marzo de 2014

RIO54: CAFE UFOLOGICO CON HISTORY CHANNEL


Felix Di Lernia, Patricia Sibar, Aldo Barroso, Javier Stagnaro, Olga Sanfiz, Sebastián Araya, Miguel Arjona, Estela González, Luis A. Baynham, Luis Páez, Antonio Barbuzza, María Olivera, Pablo Warmkraut, Alex Gómez, Guillermo Wasinski, Iván Orenstein, Daniel Strawich, Ana Serrano, Alejandro Aucana, Rubén Morales, Mario Lupo, Daniel Postizzi, Victoria Cosentini (History Channel), Gisela, Jorge Alejandro, Isidoro Markus, Ernesto Lacalle, Ricardo Jalics, en ese órden si repasamos la foto con una regla de izquierda a derecha. Fuera de la foto estuvieron: Fabián Farías, Horacio Sorbaro, Janin y otras dos productoras de History, Tati y Paula.




Más de treinta concurrentes tuvo el Café Ufológico RIO54 del jueves 6 de marzo, con apasionantes historias, novedades de interés y enriquecedores comentarios como siempre, imposibles de abarcar en un breve resumen como éste. Dos nuevos amigos se sumaron a nuestra mesa, más la presencia de tres productoras de History Channel que están preparando la segunda temporada del ciclo Contacto Extraterrestre.
Fabián Farías, en su primera visita a RIO54, se presentó como piloto e instructor de vuelo de helicóptero, pero curiosamente su mayor experiencia vinculada al tema ovni no sucedió en su trayectoria profesional sino en su infancia, cuando tenía 7 años y había ido a visitar a su abuelo en la provincia de Salta. Una noche estaba acostado y por la ventana abierta de la habitación entró una bola de luz verde azulada del tamaño de una pelota de tenis con luminosidad propia que no llegaba a alumbrar el entorno. La esfera flotó bajo el cielorraso hasta la pared opuesta y se detuvo sin tocarla, luego se desplazó en sentido contrario, volvió a detenerse como si estuviera registrando la habitación y luego de varias maniobras similares salió por la ventana tal como había entrado. Fabián, confundido por la situación, no se asomó para ver hacia donde se fue. Luis A. Baynham agregó que en Villa Ballester un hecho similar fue registrado por una cámara de seguridad y Javier Stagnaro interpretó que bien podía tratarse del fenómeno natural de origen eléctrico conocido como rayo globular o centella, del cual se conocen casos esporádicamente reportados desde hace centurias, que fueron estudiados de manera precursora por el famoso astrónomo francés Camille Flammarion en el siglo XIX. Morales añadió que el rayo globular es un fenómeno tan excepcional que aún hay científicos que desconfían de su realidad, circunstancia parecida a la que sucede con los ovnis.
También se presentó a la mesa del Café Ufológico RIO54 Guillermo Wasinski, licenciado en higiene y seguridad laboral, quien expresó su interés intelectual sobre los temas que nos convocan.
Estaba también Victoria Cosentini, productora de History Channel, para explicar detalles sobre la segunda temporada del ciclo Contacto Extraterrestre, en el cual serán entrevistados diversos estudiosos argentinos. Victoria se había comunicado previamente con el co-coordinador de RIO54 Rubén Morales con el fin de solicitar que se le sugiera investigadores a entrevistar. En vez de darle una lista de nombres -como suele hacerse en estos casos- se la invitó a participar en nuestro encuentro mensual para establecer contacto de manera directa y abierta con los amigos y amigas de RIO54 y, de paso, para que la producción de History participe "desde adentro" en una reunión ufológica, para que compartan el clima, los sentimientos, las historias, que se viven en una charla grupal, cosa que no existe en la frialdad de una entrevista individual ante las luces y cámaras de un estudio. 
La nueva temporada de Contacto Extraterrestre estará centrada en las investigaciones oficiales sobre ovnis, los avistamientos por parte de personal aeronáutico y hablará sobre las diferentes comisiones oficiales que se crearon en la Argentina en diversas épocas. Se buscará reconstruir algunos casos de observaciones y persecuciones de ovnis realizadas desde aviones. Serán entrevistados estudiosos de las más diferentes líneas de pensamiento y también se está convocando a miembros de organismos oficiales y de instituciones científicas argentinas.  
Tati, una de las productoras que fue la coordinadora de programación del proyecto, hizo interesantes reflexiones acerca de que luego de realizar muchas entrevistas ya ha adquirido práctica en saber quienes mienten y quienes no, admitió que el tema es objeto de mucha manipulación mediática y que hay gente que calla sus experiencias personales por miedo a ser humillada por los otros, ya que hay una tendencia general hacia la crítica y la censura. "Es muy fácil reírse del otro y quien se ríe lo hace desde su propia ignorancia" -sentenció.
Victoria remarcó que  en el nuevo ciclo se buscará reconstruir casos como la persecución de un ovni en 1965, que fue realizada por el teniente Federico Machaín al mando de un viejo monomotor North American en Punta Indio, Pcia. de Buenos Aires y de inmediato Javier Stagnaro sacó una vieja revista Panorama con un artículo sobre el tema. Ricardo Jalics aportó que, tal vez no casualmente, esa misma zona luego fue elegida como lugar de encuentro por grupos de meditación en los que participaban conocidas figuras del espectáculo como Jorge Mayorano y Zulma Faiad.
Tal como se hizo en la primera parte del ciclo "Contacto Extraterrestre", habrá un relato principal a modo de hilo conductor entre las diversas historias, a cargo de un ufólogo local. En la primera parte ese rol fue cumplido por Adolfo Gandín Ocampo y en la segunda parte ese papel recaerá en Carlos Ferguson, lo que anticipa una continuidad en el nivel de ambas producciones. Seguramente la emisión será motivo de elogios, polémicas y críticas por parte de la comunidad ufológica, tal como sucedió con la primera parte.
Pablo Warmkraut habló sobre sus indagaciones en el mítico Cerro Uritorco (Pcia. de Córdoba) y Antonio Barbuzza se refirió a unas curiosas sombras que se movían en la noche, vistas desde el Dique Roggero, en el oeste del Gran Buenos Aires, lo que abrió la conversación acerca de las observaciones de objetos oscuros en la noche, lógicamente mucho más raras que las observaciones de luces. Se recordó que Laura Babyaczuk, una de las primeras integrantes del Café Ufológico RIO54, había visto desde la ventana de su departamento lo que parecía ser una silueta oscura en cuclillas que cruzaba el cielo, al estilo del video mexicano llamado “la bruja de Monterrey”. 
Luego la charla volvió al tema del nuevo programa y se recomendó entrevistar a Asdrúbal (Tito) Acosta, que integró la comisión oficial ovni de los años ’90, cosa que ha dicho públicamente, y es además creador de la llamada “ufología experimental", inventor de un aparato que se opera con un antiguo disco telefónico para lanzar al cielo pulsos numéricos de radio y de láser en espera de una respuesta, según explicaron Stagnaro, Postizzi y Morales. El tema motivó que Estela González y Luis Baynham propusieran hacer una salida de observación grupal en algún lugar descampado, idea que fue muy bien recibida, a la espera de que alguien tome la iniciativa para implementarla.
Alejandro Aucana relató su reciente viaje a Salta, donde entrevistó al periodista Antonio Zuleta además de recorrer y realizar vigilias en lugares como Payagasta, Cachi e Iruya, zonas donde los habitantes dicen que es tan habitual ver luces extrañas en el cielo que ya no les dan importancia.
Daniel Postizzi habló sobre protocolos de análisis fotográfico, en tanto varios aprovecharon la presencia de las productoras de History para interesarlas en sus investigaciones y obsequiarles impresos o videos, motivo por el cual otros comentaron por lo bajo que “esto ya se está convirtiendo en un casting”, aunque era previsible que el desembarco de History Channel en RIO54 atrajera a quienes quieren tener sus cinco minutos de fama, y está bien que aquellos que nunca habían tenido contacto con History pudieran tenerlo en un ambiente de libertad e igualdad como el que generan los cafés ufológicos.
Por último se hizo el habitual sorteo gratuito de diversos elementos de interés aportados por Javier Stagnaro, Iván Orenstein, Mario Coen, Rubén Morales y Sebastián Araya, y se continuó con la modalidad de recibir y entregar libros en concepto de préstamo, los cuales deben ser reintegrados a RIO54 para continuar el circuito de préstamos, una manera de generar una biblioteca circulante entre quienes concurrimos a estas reuniones. Se trata de los libros "Conocimiento marginal para principiantes" de Montalk y “Los españoles van a otro mundo” de Alfredo Lefevre. Invitamos a colaborar con libros para ampliar esa biblioteca circulante y confiamos en que quienes se los llevan los devuelvan en una próxima visita.

La próxima reunión del Café Ufológico RIO54 será el jueves 3 de abril, a las 18,30 como siempre en el Café de La Subasta, Río de Janeiro 54, Ciudad de Buenos Aires.


Te esperamos