domingo, 7 de agosto de 2011

EL DECALOGO DE PHILIP J. KLASS


Adolfo Gandín Ocampo, asiduo concurrente de las reuniones RIO54, nos envía este decálogo de Philip J. Klass que merece ser tenido en cuenta en los tiempos que corren. El ingeniero estadounidense Philip Klass (1919-2005), autor de siete libros, fue un prolífico periodista científico y un crítico investigador de los ovnis.
 Diez principios ufológicos de Philip J. Klass
1º. Personas honestas e inteligentes que se exponen repentinamente a un suceso breve e inesperado pueden ser muy poco exactas a la hora de describir de forma precisa lo que han visto, especialmente si está involucrado un objeto no familiar.
2º. A pesar de las limitaciones propias de la percepción humana cuando se expone repentinamente a un suceso breve e inesperado, algunos detalles recordados por el testigo pueden ser razonablemente precisos.
El problema al que se enfrenta el investigador de ovnis es tratar de distinguir entre los detalles correctos e incorrectos. Esto puede resultar imposible sin averiguar lo que ha sido en realidad el ovni; en algunos casos, es un problema irresoluble.
3º. Si una persona que ve un objeto inusual o desconocido concluye que probablemente es una nave espacial de otro mundo, inmediatamente puede creer que el objeto reacciona a su presencia o sus acciones, cuando en realidad no hay absolutamente ninguna relación causa-efecto.
4º. Los medios de comunicación que dan mucha importancia a un suceso ovni cuando se da a conocer, suelen después dedicar muy poco o nada de espacio o tiempo a informar sobre la explicación del caso.
5º. No hay observador humano, incluyendo los pilotos aéreos con experiencia, que pueda estimar correctamente la distancia, la altitud o el tamaño de un objeto desconocido en el cielo, a menos de que se encuentre muy próximo a otro objeto familiar cuyas dimensiones o altitud conozca.
6º. Una vez que las informaciones periodísticas llevan al público a creer que puede haber ovnis cerca, hay muchos objetos naturales o hechos por el hombre que, especialmente de noche, pueden adquirir características inusuales en la mente de testigos predispuestos. Los testimonios de estas personas ayudan, a su vez, a aumentar el entusiasmo de la gente, lo que lleva a más personas a esperar ver ovnis. Esta situación se realimenta hasta que los medios de comunicación pierden interés por el asunto; entonces la oleada de observaciones acaba rápidamente.
7º. Cuando intenta averiguar si un testimonio ovni es fraudulento, el investigador debe basarse en las pruebas físicas, o en la ausencia de ellas aunque debieran existir, y no dejarse influir por las aptitudes y características de los individuos involucrados en el suceso.
8º. La incapacidad de los investigadores, aunque tengan experiencia, a la hora explicar convencionalmente un caso ovni por falta de información, aunque hayan hecho un gran esfuerzo, no es una prueba que apoye la hipótesis de que naves de otros mundos visitan la Tierra.
9º. Cuando se ve en el cielo nocturno una luz que se considera un ovni y se informa a un operador de radar al que se le pide que busque en su pantalla un blanco desconocido, casi seguro que aparecerá uno. Del mismo modo, si se detecta un blanco inusual en el radar del que se sospecha que es un ovni y se pide a un observador que busque una luz en el cielo nocturno, la encontrará.
10º. Muchos casos de ovnis parecen misteriosos e inexplicables únicamente porque los investigadores no han dedicado el esfuerzo suficiente a su análisis.


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