El jueves 7 de febrero a las 18:30 nos reuniremos nuevamente en el Café Ufológico RIO54.
FOTO: De izq a der. Gerardo López, Alberto Márquez, Alejandro Merel, Alberto Portalet, Alex Gómez, Lucas Dem, Pablo De Caria, Mario Coen, Andrés Villarruel, Gerardo Ruiz, Sergio Pérez, Daniel Postizzi, Nicolás D'Agostino, Jesús Gómez, Mario Lupo, Javier Stagnaro, Roberto Martínez, Alexis Yarde-Buller, Débora Goldstern, Rubén Morales, Edgardo Stekar, Ana Serrano, Eduardo Sidotti e Iván Orenstein.
El jueves 3 de enero a las 18,30 se realizó la primera reunión del año del Café Ufológico RIO54 con gran participación y muy sabrosas conversaciones entre los entusiastas del tema ovni que sin distinción de edades o trayectorias, compartieron la larga mesa del Café de la Subasta en Buenos Aires.
Esta vez, además de los fieles habitués de RIO54, vinieron varios amigos y amigas que hace tiempo no concurrían (aprovechando sus vacaciones estivales) y nada menos que ocho nuevos participantes, como Alberto Márquez, quien no hace mucho detuvo su automóvil en la ruta provincial Nº47 para fotografiar un objeto luminoso que dejaba una pequeña estela oscura tras de sí. También llegaron por primera vez Pablo De Caria (matemático), Nicolás D'Agostino (estudiante de filosofía, interesado en los enigmas de las grandes construcciones de la antigüedad), Andrés Villarruel, Gerardo Ruiz, Jesús Gómez (que ha logrado interesantes observaciones y filmaciones) y Sergio Pérez un investigador del ámbito parapsicológico que también incursiona en el tema ovni, sobre todo en los aspectos que se articulan con los fenómenos paranormales, por ejemplo los llamados "visitantes de dormitorio". También le dimos la bienvenida a RIO54 a Mario Coen, que con sus 75 años relató coloridas anécdotas que los más jóvenes escucharon con gran interés. En sus inicios Coen se apasionó por los artículos que se publicaban en las revistas "Más Allá" y "Planeta" y en la década del '60 formó parte del Instituto de Biopsicosíntesis, agrupación que entre otros temas estudiaba los ovnis, conducida por Livio Vinardi y por la cual pasaron personalidades como Pedro Romaniuk, Sigurd Von Wurmb, Enrique Serans y Benjamín Solari Parravichini. Mario Coen participó en diversas investigaciones de los años '60, entre ellas un importante caso ovni sucedido en Los Reartes, Córdoba, que movilizó al lugar a la comisión oficial ovni de la Marina, liderada por el Capitán Omar Roque Pagani. Coen recordó esa época en que se reunían amistosamente y compartían largas charlas con el Capitán Pagani de la Armada, o con el Comodoro Palma y el Suboficial Moyano de la Aeronáutica, todos hombres de las fuerzas armadas que investigaban el tema ovni porque tenían verdadera pasión en hacerlo, y por eso también tenían un diálogo abierto con los estudiosos civiles. ¡Eran otros tiempos!
Y en la mesa de RIO54, cerca de Coen estaba sentado otro histórico de la ufología y pionero de la cohetería civil argentina, Roberto Martínez. Tomó el micrófono y continuó desgranando anécdotas de esa misma época, cuando él integraba la redacción de la legendaria revista "2001, periodismo de anticipación", dirigida por Alejandro Vignati, que vendía 80 mil ejemplares. Recordó que, hacia 1970, habían incorporado al guionista de historietas Héctor Germán Oesterheld, quien ya era muy respetado por su tira "El Eternauta" (1957) pero por entonces Oesterheld estaba pasando un mal momento económico, de modo que el equipo de 2001 se reunió con él en un bar para charlar la posibilidad de integrarlo a la revista, y la conversación derivó en los ovnis que se habían observado en la Antártida pocos años antes, cuando el Teniente de Fragata Daniel Alberto Perissé los informó a la prensa desde el Destacamento Naval Decepción. A partir de ese relato, en esa conversación de café, se fue armando el guión de "¡Guerra de los Antartes!", que sería otra exitosa historieta del genial Oesterheld, con dibujos de León Napoo (inversión de Napoleón, seudónimo del dibujante Monghiello Ricci). Y Martínez recordó que así como esa larga charla de café terminó dando lugar a una historieta, hubo conversaciones similares que dieron lugar a otras historias igualmente fantásticas, pero que luego fueron tomadas como veraces y hasta publicadas en libros ufológicos. Entonces reflexionó muy atinadamente sobre el gran poder que tienen las palabras, la conversación, para sugerir, persuadir y cambiar conductas en las personas. Sin duda, algo a tener muy en cuenta para quienes participamos en los cafés ufológicos argentinos, que funcionan a partir de la palabra. Por fin, es preciso recordar que, lamentablemente, el historietista Oesterheld fue uno de los detenidos-desaparecidos durante la última dictadura militar.
Los asistentes más jóvenes a la mesa de RIO54 escuchaban las viejas anécdotas en fervoroso silencio, y es gratificador ver este encuentro entre generaciones, para que los nuevos investigadores, con sus propias inquietudes y personalidad, seguramente con otras posibilidades, más tecnología, más información, puedan aprovechar la experiencia pasada y capitalizarla.
Eduardo Sidotti encendió el discurso sobre cómo abordar estos temas para avanzar en el conocimiento evitando caer en el engaño o en fantasías, invitando a consensuar aspectos metodológicos en tal sentido y proceder con racionalidad.
También estaba presente en el Café Ufológico RIO54 Débora Goldstern, pocos días antes de iniciar uno de sus viajes a los Andes para visitar varios sitios arqueológicos prehispánicos que son objeto de su investigación. Advirtió que muchos de esos increíbles lugares son poco conocidos por el turismo, en cambio son enormemente visitados otros circuitos como Machu Picchu en Perú, pero pocos llegan a las ruinas de Chan-Chan, Tiahuanaco y Puma Punku, por ejemplo. Expresó que algunos documentales que se están haciendo en Estados Unidos sobre los misterios andinos tienen un visión colonialista de las culturas originarias, descalificándolas por ignorantes y toscas, como incapaces de hacer los refinados trabajos en la piedra que demandaron cálculos de ingeniería y herramientas de precisión. Y señalar a los extraterrestres como autores de las construcciones arcaicas también es funcional al mismo modelo, que presenta a los nativos como ignorantes e idólatras de los dioses del espacio.
Javier Stagnaro, otro especialista en culturas andinas y misterios subterráneos, completó la idea y dijo que hay antropólogos que siguen sosteniendo que el hombre americano es procedente de Europa y de Asia, y que llegó caminando sobre el mar congelado del Estrecho de Behring, en tanto habría evidencias de que el proceso migratorio arcaico fue bi-direccional y bastante más intenso, con un movimiento de embarcaciones, probablemente grandes balsas de totora, que cruzaban el Atlántico en tiempos previos a Colón. Al respecto, Coen recordó la existencia de totora en la Isla de Pascua, la misma que crece en el lago Titicaca, Bolivia, a 5.000 km. de distancia. Goldstern y Stagnaro rescataron las indagaciones del explorador argentino-húngaro Juan Moricz en la búsqueda de rastros arqueológicos y lingüísticos de esas primeras expediciones marítimas, así como se mencionó la posible participación de los Caballeros Templarios en estos viajes precolombinos. Alberto Portalet evocó los trabajos del arqueólogo Thor Heyerdhal, su viaje con la balsa Kon-Tiki y el estudio de los enigmas de la Isla de Pascua, donde esclareció la manera en que se izaban las estatuas para dejarlas paradas sobre su pedestal. Coen añadió que más complicado es saber cómo fueron transportados los moais desde la cantera hasta su emplazamiento final.
Stagnaro dijo que, más allá de que Colón no haya sido el primero en llegar a América, hay muchas incógnitas sobre su identidad y que su propio nombre sería un seudónimo apropiado al ideario católico: "Cristóphoros Columbus" puede traducirse como "El que lleva a Cristo - El Espíritu santo" (phoros = que lleva, en griego. Columbus = paloma, en latín. Símbolo del Espíritu Santo).
Destaquemos que todos éstos son temas a conversar, no hay verdades absolutas, las verdades se construyen al compartir la información y las experiencias, como bien ha dicho Mario Lupo, y eso es lo que estamos haciendo. Se hablaron muchas más cuestiones de interés, pero valga este breve resumen para tener conciencia de lo enriquecedora que puede ser una charla en RIO54, y sabemos que similar calidad de diálogo está presente en los diversos cafés ufológicos creados en la Argentina, porque solo al estar reunidos tomando un café o una gaseosa podemos pasar a un nivel de comunicación interpersonal que perfora la superficialidad temática que a menudo recubre las redes sociales, como si para acceder a los contenidos fecundos debiéramos romper una corteza de datos inútiles, y la "vía regia" para alcanzarlo es reunirnos, tener estos encuentros cara a cara.
Pensamientos como éstos flotaban en el aire hacia el final de la reunión, cuando al despedirse uno de los jóvenes que vino por primera vez, lanzó una frase lapidaria:"Vine, me gustó. Y es lógico que venga mucha gente, porque los cafés ufológicos están de moda!".
Próxima reunión del Café Ufológico RIO54, jueves 7 de febrero, 18,30 hs. en el Café de La Subasta, Río de Janeiro N°54, Buenos Aires.
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