lunes, 4 de junio de 2012

UN SILENCIO INUTIL

En los últimos años hubo un resurgimiento de las comisiones militares oficiales para investigar ovnis en países latinoamericanos como Uruguay (CRIDOVNI), Chile (CEFAA), Perú (OIFAA), Ecuador (CEIFO) y Argentina (CEFAE).
Con agudo tono crítico, despojado de la inclinación a la obsecuencia que tiñe a ciertos estudiosos civiles, Germán S. Vázquez expresa sus conclusiones en este artículo. Cabe aclarar que Germán S. Vázquez es el especialista en ovnis con mayor experiencia en Uruguay, cofundó el grupo CIOVI de Montevideo en 1958 y es actualmente miembro del prestigiado colectivo internacional de investigación GEFAI que coordina el Lic. Milton Hourcade.

Es cierto que desde hace ya más de seis décadas todavía no se ha podido resolver lo que ha sido bautizado como el “Fenómeno Ovni”. Es cierto también que se ha avanzado bastante en su estudio general y muchas manifestaciones del mismo han sido resueltas, aunque no todas. ¿Gracias a quién o quiénes se ha avanzado en este aspecto?: Sin duda alguna esto se debe a investigadores y estudiosos civiles ya sea en forma individual o como integrantes de alguna organización, también civil, dedicada al tema.
Entonces la pregunta que surge es: ¿para qué sirven las organizaciones militares dedicadas a “investigar” las observaciones de fenómenos aéreos extraños?
Actualmente me parece que para nada.
Por lo que tengo entendido tratan de recabar información de casos denunciados y con los elementos así obtenidos pretenden “resolver” los casos y determinar si lo avistado era algo identificable o por el contrario no lo era. Llegados a una conclusión, si era algo conocido “caso resuelto” pero si no lo era…solamente les queda archivarlo como no identificado y nada más.
Lo interesante, cuando se encara un estudio serio sobre el tema, es tratar de hacer algo con los casos no resueltos ya que en ellos quizás radique la solución de parte o la totalidad del enigma. Lo lógico sería entonces, que estas organizaciones militares compartieran sus registros con grupos o investigadores civiles y de esta forma quizás trabajando juntos, se pudiera avanzar un poco más en el tema… pero lamentablemente esto no sucede.
Los archivos oficiales son “herméticos” y ni siquiera se le da información completa a la población que en definitiva es quien finalmente paga por sus servicios.
¿Para que guardan la información?
Esto podría haberse justificado en Estados Unidos durante la Guerra Fría. Pero ahora la situación ha cambiado e incluso en los EEUU ya no se investiga oficialmente y menos por dependencias militares como antes. Ya no hay necesidad por cuanto el tema dejó de ser algo que podía afectar la “seguridad nacional”.
Esto demuestra que estos “fenómenos” extraños deben ser estudiados por científicos o aplicando métodos de esas características por personas responsables y de mente abierta, que además estén dispuestas a compartir información. Cuanto más se sepa, mejor. Y es propio del procedimiento científico compartir la información que se posee, para que otros la verifiquen y la cotejen con sus propios datos, etc.
Los secretos ya no sirven… ni tienen sentido.

Germán S. Vázquez

Fuente: http://www.uapsg.com/

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