Por Prof. Rubén Morales
La actual era digital produjo cambios profundos en las
modalidades de investigación. Más allá de la simple posibilidad de acumular datos
de todo tipo, se abrieron campos de estudio que antes estaban vedados a los
particulares porque eran exclusividad de las grandes agencias espaciales,
empresas o laboratorios. Uno de esos nuevos campos de estudio vinculados a la
ufología se encuentra en la recopilación y observación minuciosa de las fotos
tomadas por diferentes misiones espaciales hasta descubrir “anomalías”. En ese empeño, han surgido voluntarios apasionados en todas partes del mundo
que sin moverse de su casa, desde la pantalla de la PC, revisan palmo a palmo todas
las fotografías espaciales que logran localizar en internet.
Tal es el caso del francés Daniel Robin, quien publicó un
detallado informe sobre las ANOMALIAS EN EL ASTEROIDE EROS1, según las imágenes tomadas por
la sonda estadounidense NEAR-Shoemaker, lanzada el 17 de febrero 1996 desde
Cabo Cañaveral. Jerarquiza el trabajo de Robin el hecho de que las fotos están
disponibles en la web de la NASA, lo que excluye cualquier trucaje o
manipulación por terceros.
El asteroide “(433) Eros” (Eros: dios del amor en la
mitología griega) fue descubierto por el astrónomo Carl Gustav Witt el 13 de
agosto 1898, mide apenas 13 × 13 × 33 km. y por su aspecto parece –si se nos
tolera la mala comparación- una enorme papa negra flotando en el espacio.
Entre abril y octubre de 2000, la sonda NEAR realizó la
cartografía completa de la superficie de Eros para finalmente posarse allí el 12
de febrero 2001 y tomar muchas fotos de su superficie. Es importante señalar
que esta maniobra de "aterrizaje" en Eros no estaba prevista al
inicio de la misión y fue decidida a último momento.
Entre diversas
“anomalías” que parecerían corresponder a construcciones artificiales, la más
notable está en la imagen 0132577092, de la cual dice el comentario oficial de la NASA: “Esta imagen en particular, tomada desde una altitud
orbital de 53 kilómetros (33 millas), muestra una escena de casi 1.8 kilómetros (1.1 millas) de ancho. Numerosos
cráteres y rocas tan pequeños
como de 8 metros (26 pies) de ancho salpican el paisaje. La gran roca rectangular (SIC) en
la parte superior derecha mide 45
metros (148 pies) de ancho.”
(The large, rectangular boulder at the upper right is 45 meters (148 feet) across.).
¿Una roca rectangular en un
asteroide? Es como si en este comentario los técnicos de la NASA quisieran dar un
“guiño” cómplice sobre lo que no pueden decir públicamente.
Daniel Robin publica las interpretaciones de la fotografía realizadas por diversos analistas franceses. El diseñador Yves Vaillancourt, especialista en procesamiento de imágenes, luego de medir la proyección de la sombra logró realizar un boceto en 3D que aunque es demasiado esquemático y anguloso (seguramente distinto a la realidad), permite tener una idea corpórea de lo que parece ser una estructura artificial, sólida y estable, como una especie de pedestal o plataforma de un edificio ¿o tal vez un monumento? construido en un cráter del asteroide.
Daniel Robin publica las interpretaciones de la fotografía realizadas por diversos analistas franceses. El diseñador Yves Vaillancourt, especialista en procesamiento de imágenes, luego de medir la proyección de la sombra logró realizar un boceto en 3D que aunque es demasiado esquemático y anguloso (seguramente distinto a la realidad), permite tener una idea corpórea de lo que parece ser una estructura artificial, sólida y estable, como una especie de pedestal o plataforma de un edificio ¿o tal vez un monumento? construido en un cráter del asteroide.
Patrick Nahon, diseñador gráfico profesional y miembro
de la Asociación de Investigación Ovni de Francia añadió que aunque la foto
publicada por la NASA es de baja calidad, alcanza para constatar nítidamente
que hay una estructura artificial geométrica en contraste con el terreno
circundante. Robin va más allá de lo descriptivo y expresa su opinión:
”Resulta evidente que la agencia espacial de EE.UU. tiene informaciones
precisas sobre la presencia extraterrestre en nuestro sistema solar y no tiene
voluntad de comunicarlas.”
Tal vez lo más ecuánime sea observar con mente abierta estas
imágenes, dejar que hablen por sí mismas a nuestros sentidos y que la
imaginación haga el resto, en tanto esperamos que algún día se obtengan nuevas
fotos para ver con más detalle esa zona especial del asteroide del dios del
amor.
Agradecemos la información a Gérard Lebat, de Les Repas
Ufologiques.
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